Iba en el camión camino a la escuela, junto a la ventana viendo pasar el mundo a través de ella, cuando un carro se puso a un lado de mi transporte. Igualó su velocidad y se mantuvo buen rato paralelo a mi ventana desde donde lo podía ver.
Me le quedé viendo al coche. No no no, que pintura tan gacha, ya toda oxidada, y ese modelo, de la era de los picapiedra, todo ruidoso el vehiculo por la bronto ardilla interna corriendo a todo lo que da, el petro cofre todo abollado las llantas todas chuecas y un espejo quebrado, no no no, broma de vehículo.
Un instante después el coche aceleró y se alejó del camión. Y de mi ventana. Alcancé a leer un letrero en la parte de atrás de él que decía: "más triste es andar a pata". Jejeje. Y recordé que yo ni un carrito así tengo.